jueves, 2 de diciembre de 2010

Un cuento soñado

Anselmo Fernández se despertó un día lunes, muy descansado, justo cuando soñaba que su casa se había inundado. Al despertarse evitó poner los pies en el piso porque el agua había llegado hasta su habitación. Pero la vigilia venció al sueño, se levantó y todo estaba seco.
El martes Anselmo se despertó apurado porque tenía que ir al Subsidio de Salud a buscar una orden. Se levantó rápido mientras soñaba que su casa había sido destruida por un terremoto. Fue a la cocina a desayunar pero las paredes se habían derrumbado y en el piso había una gran rajadura en la que hubiese cabido un elefante.



AC

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